Sabía a qué sabían
los besos repletos de verdades.
Supe reconocer en los ojos
las ganas de compartir
mi mundo de caricias
y de versos.
Sabía lo que era una sonrisa,
las manos que desvisten las tristezas.
Supe reconocer el final de cada cuento,
aunque no cómo poner fin
al lamento,
sustantivo que inundó de lágrimas
el salón de los poemas
a puerta cerrada.
Y me encerré en un mundo
sin reflejos.
Vendí mi luz a cambio
de volver a respirar
Y, en la penumbra
de la soledad forzada,
aniquilé mi rostro
ocultando mi mirada.
Semáforo en ámbar
fui.
Crucé deprisa
y perdí.
Ahora busco
verde
y cruzo.
Los nudos los deshago
y si no puedo,
pido ayuda.
Sé lo que es sonreír
aunque me cueste.
He recuperado
un poquito de mi luz
y con paciencia espero más.
Tal vez las fuerzas vuelvan
y ya no tenga que pagar
ningún precio por respirar.
Me gusta un montón (para variar) me quedo con la frase "Vendí mi luz a cambio de volver a respirar" me viene que ni al pelo a mi también, me encanta irte descubriendo poco a poco a traves de tus escritos :)
ResponderEliminarGracias, guapa!!
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