Tengo el corazón lleno de mareas vivas y los ojos de salitre.

martes, 1 de marzo de 2011

Deshojando


Efímera es la vida

que deshoja

día a día los pétalos

de mi camino.


Tan pronto el viento

frío los ordena

formando el horizonte

de mis sueños.


El silencio ruidoso

de la noche nombra bajito

los nombres del recuerdo


y arrastra melodías que vacían

y llenan a su antojo

los vértigos que avanzan

sin descanso sobre las dudas

secas de mi calzada de sentires.


Cual inocente niña,

mis suspiros me acunan,

dibujan con tu nombre

mis caderas


Y tan pronto como imagino

mil palabras prohibidas

rompo toda esperanza,

por si acaso.


¿Será que tengo miedo

de acercarme a tus adentros

por si salta la alarma

de tus miedos?



lunes, 14 de febrero de 2011

A qué sabe esperar


He probado a que sabe esperar

sabiendo que habita

en el espacio que queda

entre las manos y los labios

el deseo.


He bebido del néctar

de la fantasía en la distancia

cuando quedan lejos los abrazos.


He dormido en mi cama

soñando en otra

Y me he despertado

arañando las ganas

del reencuentro.


He intuído entre

gestos y sentir

a quemarropa

el fuego que guardas.


Quiero condena en tu hogera.

Ser prisionera

de una noche entera


entre tus piernas

sientiéndome al fin libre

de sentirte.




miércoles, 9 de febrero de 2011

De tanto



De tanto guardar casi me rompo

de tanto llorar, casi me ahogo.


Marchita deshojé las ilusiones

guardé entre los recuerdos

del pasado todas mis emociones.


Me vestí de armadura

bien forjada.

Las flechas del sentir

las esquivaba


dejando ecos

sin nombre en la memoria

detrás de cada noche,

madrugada.


Creí que no era yo la que gritaba

dentro del yelmo ni siquiera

era capaz de tiritar.


Pensé que tal vez había gastado

el corazón de tanto usarlo,

palpitando, en mil pedazos.

Puzzle inacabado.


Pero hay flechas que

derriten armaduras

dejando ecos con nombre

en la memoria


y visten de escalofríos

de deseos

las marchitas ilusiones.


De tanto desear, me recompongo.

De tanto sonreír, ya salgo a flote.



lunes, 24 de enero de 2011

No me dí cuenta


Me asustaba del frío

sin viento

y del viento helado


en cada

cruce

de calles.


Me escondía de la

rutina de sonrisas

Y ni me dejaba ver

por los caminos de nadie.


Me asustaba de ti, de ti

y de ti.


Temblorosa buscaba

el desierto de las voces,

allí dónde mi voz

cobrara fuerza…


Me asusté de tu luz,

me escondí en tu ausencia

y te borré de cada reflejo

para deshacerme del miedo.


Temblar asustada

y esconderse

de todo…


No me dí cuenta

de que el mounstruo era yo.



martes, 11 de enero de 2011

Sólo quien se quiere

Busco caminos barridos de tristezas,

sin trampas

ni cartones.


Me oculto en las esquinas de las manos vacías.

Pujo por las lunas llenas, arriesgándolo todo


sólo a veces.


Descoso el pasado que se adhiere al presente

cuando no es bienvenido en el recuerdo


y me arropo en la cama intentando

desvestirme de las imágenes que me sangran.


Regalo a Némesis, diosa de la venganza

mis mierdas y mis enfados

y me convierto en ser alado

que aprende a volar, aunque torpe.


Ya no visto de invierno

aunque tenga las manos

frías.


Ya no soy noche oscura

aunque me falte la luna

llena.


Abro mis cerrojos,

cierro los pozos sin fondo

y subo del inframundo

de lxs desdichadxs,


pues me tengo y quiero,

sí,

quiero tenerme.


Porque solo quien se quiere

puede llenar su vida

de los besos que suspira,

de caricias que le vistan


y vestir otros ojos con sus caricias

y besar a esx otrx, que suspira

por sus besos.



domingo, 9 de enero de 2011

Respirar

Sabía a qué sabían

los besos repletos de verdades.

Supe reconocer en los ojos

las ganas de compartir

mi mundo de caricias

y de versos.


Sabía lo que era una sonrisa,

las manos que desvisten las tristezas.

Supe reconocer el final de cada cuento,

aunque no cómo poner fin

al lamento,


sustantivo que inundó de lágrimas

el salón de los poemas

a puerta cerrada.


Y me encerré en un mundo

sin reflejos.

Vendí mi luz a cambio

de volver a respirar


Y, en la penumbra

de la soledad forzada,

aniquilé mi rostro

ocultando mi mirada.


Semáforo en ámbar

fui.


Crucé deprisa

y perdí.


Ahora busco

verde

y cruzo.


Los nudos los deshago

y si no puedo,

pido ayuda.


Sé lo que es sonreír

aunque me cueste.


He recuperado

un poquito de mi luz

y con paciencia espero más.


Tal vez las fuerzas vuelvan

y ya no tenga que pagar

ningún precio por respirar.




miércoles, 5 de enero de 2011

Ahora

http://www.youtube.com/watch?v=CgYnRh8ACGQ


¿Y qué

si no tengo

a quién llorarle? No espero

caer en la rutina

del llanto

si es lo que temes.

Me gustas

y asusta

el temblor que me entra

por no fumar en los bares.

Es la ansiedad que me acecha

por verte de cerca,

tan lejos.

Es el sueño que despierta

de imaginar los paseos

de agosto.

Paseos que pinto

y no existen.

Que nunca serán,

y desvisten

deseos de adolescente

que vuelven

como si hoy fuera ayer

y mañana un futuro

que no encotrará

en mis calendarios

rugir más real

que el de un deseo

que te muestro

y sonríes,

pero desechas.