que deshoja
día a día los pétalos
de mi camino.
Tan pronto el viento
frío los ordena
formando el horizonte
de mis sueños.
El silencio ruidoso
de la noche nombra bajito
los nombres del recuerdo
y arrastra melodías que vacían
y llenan a su antojo
los vértigos que avanzan
sin descanso sobre las dudas
secas de mi calzada de sentires.
Cual inocente niña,
mis suspiros me acunan,
dibujan con tu nombre
mis caderas
Y tan pronto como imagino
mil palabras prohibidas
rompo toda esperanza,
por si acaso.
¿Será que tengo miedo
de acercarme a tus adentros
por si salta la alarma
de tus miedos?
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